No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

martes, 18 de diciembre de 2012

Privacidad

Leo esta mañana en la prensa online que Facebook va a usar los perfiles de Instagram de sus usuarios menores con fines comerciales. ¿Dónde queda nuestra privacidad? ¿Dónde está el límite del 2.0? Siempre he sido una defensora de este tipo de comunicación pero creo que todo está tomando un tinte muy oscuro. No puede ser que el usuario lo use con un fin personal y la gran máquina azul lo utilice para sacar dinero. Al final, va a resultar que esto es El Show de Truman y nosotros unos simples actores a los que observan.

El show de Truman, dirigida por Peter Weir.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amaral

No sé cómo pude pasar tanto tiempo sin escucharlos. Desde hace casi un año, me acompañan en las mañanas de mi casa, en las tardes de descanso y algunas noches de risas. No sé si fue su directo en el Auditorium de Palma, que estuvo lleno de fuerza y energía, o qué fue... Pero sí, estoy in love con su Montaña Rusa.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Cortocircuito

Su cabeza tenía las mismas luces que las calles. Estaba rellena de bombillas encendidas que disparaban sin parar. Un pensamiento, otro, uno más, otro más. Ninguno conectaba con sus pasos. Su cabeza, por un lado, su cuerpo, por otro. No gastes. Sí, lo hago. Entro, me pruebo, estoy en la caja. Salió corriendo y se perdió por una de esas calles donde no se va a ninguna parte. Sólo a la soledad de las piedras que otros pisaron, a los recovecos de una iglesia que se levanta majestuosa ante la devoción de los feligreses. Caminando y caminando, se encontró con él. ¿Tomamos una cerveza?, dijo. Por supuesto, contesté. No perdía nada. Sólo dos horas de mi tiempo. Mientras la espuma bajaba en el vaso y lo blanco del cigarro se consumía, su boca se detuvo y se acercó a la mía. ¿Pero qué haces?, grité. ¿No lo ves? Comerte los labios. Siguió. Y, entonces, justo en ese momento, mi cabeza tuvo un cortocircuito. Tengo que cambiar un jersey. Me voy.

martes, 27 de noviembre de 2012

Y la vida sigue

Mordía su bocadillo cuando recibió una llamada de su flatmate. "Mi director te quiere conocer. Hay un posible puesto para ti". Comenzaron los nervios, esos que ya había sentido muchas veces atrás ante cualquier entrevista, sin embargo, esta vez no se iba a dejar engañar por la idea de tal vez esta es mi oportunidad. Siguió trabajando. Marcando. Cobrando. Reponiendo. Y llegó el momento. Frente a frente, con un plato de papá aliñás con melva de por medio, él hablaba y ella escuchaba. Su flatmate los miraba atento. Ella sabía que él también estaba ante un reto. Él también quería un SÍ después de esa entrevista. Y lo obtuvo, tanto él como ella. De eso hace ya cuatro meses. Desde entonces, pasa los días agradeciendo su suerte, mirando la habitación de al lado y ese escritorio de la redacción donde pasa sus días quien hizo un todo por ella.

Playa de Ses Covetes, Mallorca.

miércoles, 18 de abril de 2012

Lecciones monárquicas

18 de abril. Españoles, el Rey pide perdón.


El Rey, tras ser dado de alta.
Después de una operación de cadera, una caída a medianoche, una cacería de elefantes, un jersey de borreguito de su nieta, un Noheoídonada de su hija y la visita del médico de su "mujer", el Rey ha recibido hoy el alta y ha pedido perdón.

Parece ser que, a estas alturas, todo se arregla con un perdón. Ni que fuese un adolescente al que su madre le ha regañado por llegar un poco pasado de cubatas. El Rey es algo más y, ante todo, debe tener claro que su pueblo puede perdonar pero no olvidar. Ya está claro, más que nada por su reacción, que este incidente ha hecho mella en la imagen de esta institución, que hasta el momento era intocable por parte de algunos medios de comunicación y de la sociedad. Ahora todo ha cambiado. El pueblo no está para medias tintas. Las cifras del paro y los recortes ahogan al más pobre. No nos sirve un perdón para solventar el daño que se hará en sanidad y educación. Aquí tiene que haber otra disposición o, al menos, otro discurso, parecido al que propone Antonio Avendaño. Tome nota señor y, al menos, aprenderá lo que piensa la gente de la calle.

sábado, 14 de abril de 2012

Lesiones monárquicas

14 de abril. Españoles, el Rey se ha roto la cadera. 

El Rey con su familia la semana pasada en Palma. / Gtres
Sólo una semana después del "zuzto" de Froilán con la escopeta nacional, tenemos noticias de otro tiro. Ese que el monarca ha dado junto a otros más en Botsuana, un país africano al que se desplazó para practicar eso que más le gusta: la caza. No estoy aquí para cuestionar a quienes le gusten la caza o no, sus beneficios o desventajas. No se trata de eso. Sólo cuestiono si la Monarquía no debería tomar como una lección estas lesiones. No está el país para despertar con estas noticias. Señor monarca, usted también debe dar ejemplo. No sólo vale con aceptar la bajada de su presupuesto. Si se puede considerar un ajuste cuando hay muchos españoles que no llegan a final de mes. Tal vez, en estos tiempos de crisis, en los que miles de personas pierden el sueño pensando en si será su último día de trabajo, usted no debería dormir a pierna suelta. Debería evitar esos viajes privados en busca de caza y estar con su pueblo, que es quien lo legitima. El Rey ha sido operado en el Hospital USP San José de Madrid. Una lección más. Por supuesto, no iba a hacer uso de la sanidad pública. ¿Para qué? 

A menudo me pregunto por la utilidad de esta monarquía. Algunos amigos, en enconados debates sobre ello, defienden su valía y, sobre todo, su permanencia. "También tendríamos que pagar a un presidente de la República", "Es un alto representante para España". Opiniones que invitan a pensar sobre la posibilidad de elegir cada cuatro años a quienes queremos pagar por un representante en el exterior. ¿Acaso es normal que debamos costear la vida de una familia porque SÍ? ¿Su ejemplo nos hace más patrióticos o nos aleja de ella? No tengo la respuesta a estas preguntas o ante estas afirmaciones. Sólo tengo una convicción y es la de: no todos somos iguales ante la Constitución. Y cualquier signo de desigualdad hace que arda en gritos. Por ello, ante situaciones como estas, sólo se me ocurre vocear: VIVA LA III REPÚBLICA.



lunes, 2 de abril de 2012

¿Cómo hacer un CV?

¿Cómo hacer un CV? A diario, leo en Twitter numerosos tweet con un enlace a un blog: nuevas formas de presentar un CV. Parece ser que la búsqueda de empleo nos lleva a la conclusión de que la culpa de no hallar trabajo está en nuestro currículo y no pensamos en la posibilidad de que el mercado esté mal. En definitiva, ¿nos quieren hacer creer que el motivo está en nosotros? Porque yo lo tengo claro. Si la economía española y, sobre todo, el periodismo estuvieran en otro momento, yo creo que YA tendría trabajo.

Sin embargo, es verdad que los tiempos cambian y, ante todo, las fórmulas. Ayer me llegó este vídeo. Suscribo su lema: Los principios perduran, las fórmulas no. Tiene sentido este CV para buscar trabajo de creativo publicitario pero hay otras profesiones, como la de periodista, que su búsqueda es más peculiar. Lo que funciona es el boca a boca, el contacto, el yo tengo un amigo que... Pues nada, mientras tanto toca esperar y a seguir trabajando en lo que llega y buscas. Sea o no por vía curricular.

Buscando Trabajo from Ajoatao on Vimeo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Grupo 7

Sin cita previa. Ayer me vi en el preestreno de la película Grupo 7, del director Alberto Rodríguez, en Sevilla sin pensarlo. Son estas cosas que surgen porque sí. 

-¿Qué haces esta noche?
-Nada, ¿por?
-Espera que voy a ver si consigo una cosa y te lo digo.
-Tengo una entrada para el preestreno de Grupo 7 en el Nervión. ¿Te apuntas?
-Of course.

Actores masculinos de Grupo 7. Entre ellos, Antonio de la Torres y Mario Casas.
Este diálogo de wachá fue el preámbulo para estar en una cita de esas a la que están acostumbrados los de la capital del reino. Sala 2. Nervión Plaza. Todos los actores y el director. Productores y gente del audiovisual en Andalucía. Unas palabras de algunos, se apagó la luz y comenzó la historia. Alberto Rodríguez te lleva a la Sevilla de antes de la Expo´92 a través de un thriller lleno de ritmo e intrigas criminales. Los drogadictos y mendigos se mezclan con un grupo de policías que quieren limpiar la ciudad. Los planos, realizados en la Sevilla más serpenteante, impactan en el espectador, pero también lo hace una trama basada en los límites entre la mentira y la lealtad, en el todo vale para conseguir algo, en la corrupción de alta y baja esfera, en lo permitido y lo rebasado. 

Pese al planteamiento, que me gusta, y el acercamiento a una ciudad de hace veinte años, hay algunos fallos, a mi parecer, en este largometraje. Primero, hay algunos actores que dan la talla y otros que dejan mucho que desear. Mario Casas (Ángel), ídolo de niñas que no conocieron esa época, fue vitoreado en su entrada en la sala pero su personaje no llega al espectador. En el otro punto, está Antonio de la Torre (Rafael), creíble hasta la última médula. Este actor, y también periodista, puede presumir de meterse en el papel de un policía arrogante y contundente, con un pasado que no le deja en paz. 

Inma Cuesta.
Poco peso tienen las mujeres en la trama de la historia pero hay dos que sobresalen. Inma Cuesta es la esposa de Ángel. Su personaje va creciendo a la medida de la trama. Se implica y llega a emocionar con los sentimientos encontrados hacia su marido. Sin embargo, la number one es Estefanía de los Santos, que interpreta a La Caoba, la puta que abrirá las piernas y las puertas al contrabando y la mafia policial en Sevilla. Es una pena porque precisamente de ella no hay ninguna fotografía en Internet. Ojalá esta profesional sea más conocida porque se lo merece.

* Grupo 7 se estrenará el 4 de abril a nivel nacional. La historia está basada en hechos reales.

lunes, 26 de marzo de 2012

Punto y seguido en Andalucía

El Mundo

La Vanguardia
Las portadas de estos dos periódicos nacionales muestran la diversidad de opiniones sobre el resultado de las elecciones en Andalucía, que se celebraron ayer. Las encuestas vaticinaban la victoria imparable del PP. Los señores de azul, esos que no han gobernado nunca en la región del sur, volvieron a irse a sus casas con las orejas agachás, sobre todo el señor Arenas. Cuarta vez en las urnas, cuarto fracaso. Realmente fue una sorpresa para algunos de aquí y otros tanto que miran a esta región desde lo alto de Despeñaperros. Andalucía no cambia. No señor Pedro J. Pero no lo hace porque tiene voz propia. Es una región de gente trabajadora, por mucho que le pese a algunos como Don Cayetano, pero sabe lo que hace. En las últimas generales, el PP pegó un pelotaso andaluz porque ganó en todas las capitales. Sin embargo, los pueblos andaluces siguen siendo de izquierdas. La capital es otra cosa. Queda lejos de la Andalucía más rural, la campesina, la del tajo, la del sufrimiento, la de los tópicos, la del frenaso presupuestario. Sí. Esos andaluces son los que votan y los que siguen pensando en la izquierda como su única garantía para luchar contra esos señoritos, que en otra época, no muy lejana, los maltrataron en un campo de sol a sol.

Pese a todo, creo que esta región ha dado muestra, una vez más, de su capacidad de decisión y sorpresa. No forma parte de un rebaño y, como tal, pagará o disfrutará las consecuencias. Lo más justo sería lo segundo pero en política parece que el concepto de justicia no se aplica. Ojalá me equivoque.

Mientras tanto, me quedo con las portadas de los periódicos regionales. Muestran la verdad: Andalucía sigue siendo de izquierdas. Rajoy recibe su primer revés después de una reforma laboral bastante dura que no abrirá nuevas vías de trabajo. Ahora quedan los presupuestos, que guardó para después de los comicios. No sé yo si le habría servido presentarlos antes (los recortes vamos a sufrirlos como es normal) y dejar la reforma para después. Se equivocaron de estrategia. No hay más.

Todo pasa, nada queda. Señores gobernantes de izquierdas, sois ustedes los que tenéis un voto de confianza. No queremos seguir al final de la cola. Trabajen para y por esta comunidad. Hagan que los problemas reales que ahogan a los andaluces se solucionen. No se olviden de los parados. Olvídense de los enchufismos. Abran nuevas vías de empleo. Dedíquense, por último, a eso, a trabajar para y por una ciudadanía que pueda disfrutar de un trabajo que le permita llegar con su mes completo a fin de sueldo.

El Correo de Andalucía 

Diario de Sevilla 

Ideal Granada

ABC-Edición Sevilla

domingo, 11 de marzo de 2012

El placer de leer

Hay quienes juntan palabras con un arte capaz de dejarte una huella en la mente, una necesidad imperante de volver a ese texto para disfrutar, como si fuese el primer beso, de la alegría de los descubrimientos. 
Sirvan de ejemplos dos textos. El primero, del libro Libertad, es pura literatura y el segundo, la entradilla de una entrevista a la escritora Ana María Matute en la revista Meridiam, también.

"Existe una tristeza peligrosa en los primeros sonidos del trabajo de una persona por la mañana; es como si la quietud experimentara dolor al verse interrumpida. El primer minuto de la jornada laboral recuerda todos los demás minutos de que se compone el día, y nunca es bueno pensar en los minutos como unidades individuales. Sólo cuando otros minutos se han sumado al primer minuto desnudo y solitario el día pasa a estar más sólidamente integrado en su diurnidad". (Jonathan Franzen)

"Ana María Matute viene hacia mí despacio y vestida de blanco e imagino que es su uniforme de inventora, su bata de prácticas en el laboratorio de las letras. Ella no usa retortas, émbolos o alambiques para inventar, pero confía plenamente en el milagro del hallazgo con otros rudimentos y conoce el engranaje para poner en marcha la máquina de los sueños. Los años y el trabajo al pie del crisol de las palabras han vuelto canos sus cabellos y su mirada lacónica, pero su voz es diáfana y fresca como la de una adolescente y se asoma a los labios sin vacilación". (Montserrat Rico)

viernes, 2 de marzo de 2012

Trotaparo


Publicado por El Mundo en su edición de Baleares el 2 de marzo de 2012.

Periodismo en Paro

MARCOS TORÍO


EL PARO es el nuevo SIDA. Me lo dice una amiga periodista desempleada y ya sin prestación por boca de su psicoterapeuta, la que trata de ordenarle la cabeza cuando se le descoyunta de impotencia y desesperación. El discurso no es esperanzador, pero invita a una reflexión sobre el estado de las cosas. La experta cree que la sociedad ha instaurado la idea de que todo el mundo debe trabajar por cuenta ajena y que, por tanto, sólo la esfera empresarial es capaz de ofrecer un empleo a los millones de personas que se baten a diario por conseguirlo. La única mano que se asoma al pozo. 

La ansiedad por desbloquear la condición de parado impide potenciar la propia creatividad, idear fórmulas autónomas con las que reengancharse a la vida estable de la nómina, la hipoteca, el alquiler y el consumismo loco que mueve el mundo. 

A veces la fórmula funciona y el secreto se halla en buscar nuevos nichos de mercado, aunque antes habría que plantearse si existe siquiera dinero para que el cliente potencial pague por los servicios que se le ofrecen. «Hay que inventarse trabajos», me asegura quien está volcada en las oportunidades que se derivan de la comunicación 2.0. Y le doy la razón, aunque me dé pereza la idea no ya de gestionar un blog sino simplemente de abrir una cuenta en Facebook. 

Un nombre atractivo –preferiblemente en inglés– que enmascare la oferta es el siguiente paso. Ella se saca un extra como community manager, algo así como gestora de redes sociales o, más llanamente, poner en circulación a un usuario o empresa en el universo de las redes sociales. Así, mientras algunos explotadores ofrecen 50 céntimos a un periodista por escribir un texto, otros están dispuestos a pagar hasta 50 euros la hora por que les enseñen a tuitear. 

El mayor problema del periodismo somos los propios periodistas, individualistas y carentes de cohesión para defender una profesión cada vez más denostada y devaluada. Existe la creencia de que cualquiera puede ejercerla a poco que sepa juntar cuatro letras o decir la primera barbaridad que se le pase por la cabeza frente a una cámara o un micrófono. Los tertulianos arrabaleros y una caterva deegobloguers absurdos a los que se les confiere un poder que no tienen han terminado por convertir la profesión en un escaparate vanidoso donde el quién pesa mucho más que el qué. 

Aparte de hacer lo posible por revertir la situación, seamos pragmáticos en lugar de victimistas. Si estamos en una época en la que informar ha perdido valor frente a comunicar, que sean los periodistas quienes se apropien de esa vía antes de que, una vez más, el intrusismo nos levante el negocio. Por muy simple que pueda parecer –la suficiencia es otro de los males– y porque esos conocimientos se incluyen ya en el paquete mínimo que demanda el empresario. 

Más allá del trabajo en los medios tradicionales, muchos empleadores exigen al periodista que sea diseñador gráfico, community manager, editor web, montador de vídeos... Luego ya verá si, después de un proceso de selección agotador, contrata a alguien o decide que su secretaria se puede apañar con un par de clases particulares. En venganza, yo ya soy capaz de arreglar la caldera de calefacción gracias a las instrucciones de los foros de internet. Un trabajo menos para el fontanero, aunque me arriesgue a que en una fuga me reviente en la cara. Y así vamos mientras los escapes del periodismo se consideren menos peligrosos que los de gas.

El trabajo es hoy, dice la psicóloga de mi amiga, la licencia para ser adulto. Antes se obtenía a través del matrimonio o, en el caso del hombre, cumpliendo el servicio militar. Ahora, la adolescencia se revela como la única etapa vital reversible. El paro devuelve a quienes se creyeron adultos al nido familiar, a las pagas o la caridad sonrojante, a la pérdida de la autoridad. El SIDA ya no mata, pero nadie encuentra la vacuna. 

jueves, 23 de febrero de 2012

Un árbol, un libro y un hijo

La treintena trae la posibilidad de empezar a completar lo requerido por la vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Hay muchas amigas y amigos que han tenido descendencia en los últimos meses. Sus retoños ahora son parte de mi familia y hacen más animadas las quedadas con ellos.

Otros, en cambio, no han tenido niños pero sí empiezan a publicar libros. ¡Qué cosa más rara! Nos pasamos la  vida leyendo y da la casualidad que ahora tengo entre mis manos un libro escrito por mi inquilino. Hace ya tiempo que lo publicó. Concretamente fue en el verano de 2010 cuando vi por primera vez un ejemplar del libro Veranos en Mallorca de Marcos Torío. Fue en el VIP de la calle Fuencarral de Madrid. ¡Qué alegría! Había escuchado mucho hablar de ese libro. Supe de todos sus avances. Tanto me mimeticé con su tormentoso proceso que cuando lo entregó no me quedaron ganas de adentrarme en él. Ahora lo hago, cuando Libertad de Jonathan Frazen no me absorbe, y descubro lo que ya sé a través de sus columnas: su estilo te atrapa y hace que avances en sus páginas casi sin darte cuenta.

Veranos aparte, este invierno asistí a la presentación de otro libro de un gran amigo. Jose Madrid publicó en noviembre la primera biografía sobre la cantante Cecilia. A lo largo de sus 200 páginas, el lector descubre a esta cantautora, que murió a los 27 años. Antes de terminar Equilibrista: La vida de Cecilia, sólo conocía la canción Un ramito de violetas. Ahora puedo decir que su figura, aún sin atraerme su música, me seduce por ser una mujer transgresora en su época y con su familia, una luchadora que se empecinó en lograr su sueño, el de la música, y lo alcanzó.

Un libro leído, otro entre mis manos y dos más por leer. Carmen Rengel y Manuel Ruiz Rico también han pasado un tiempo entre papeles y teclados. Ambos han publicado dos obras que ahora ven la luz. Con un gran trabajo de investigación, tanto la obra de Rengel como la de Ruiz Rico se encuentran entre mis lecturas futuras.

¡Qué raro eso de cumplir años y sumergirme en lecturas de amigos! Mientras tanto yo, sin libro y sin hijo, creo que me decantaré por plantar el árbol. Alguien tendrá que cuidar el planeta, ¿no?

jueves, 16 de febrero de 2012

¿Trabajo esclavo?

¿ Esclavos o trabajadores?
No viene a cuento cómo llegué a escuchar tal reflexión. Un psicoterapeuta expone:

"La sociedad nos ha hecho creer que debemos trabajar para otros. Nos han cortado la creatividad y nos han hecho creer que son unos pocos poderosos quienes pueden ofrecer trabajo. Con esta crisis, esta creencia está muy presente. Los trabajadores se aferran al poder del empresario. Piensan que sólo él los salvará de una situación de paro. En él ven la solución para no ser un parado más y, en consecuencia, un excluido más de una sociedad egoísta. Ahora mismo el paro es el nuevo SIDA. Los discriminados son quienes envían currículos, quienes ocupan colas interminables y forman cifras con más de seis ceros.


El trabajo es ahora la licencia para ser adulto. Hace cien años, una persona era adulta si estaba casada. Hace 40 años, un hombre era adulto si ya había hecho la mili. Ahora, quien quiere ser adulto debe tener un trabajo estable. Quien vuelve a casa de los padres o entra en una situación difícil por el paro, pierde la autoridad de la vida adulta".



viernes, 10 de febrero de 2012

Entre los tramposos

Entre los tramposos de las listas del paro, de las reformas laborales, de las entrevistas con preguntas "fáciles" y carentes de pruebas, de los currículos a medio enviar... De todo, en lo que se ha convertido España, un país de supervivientes que miran su cartilla del banco con ojos desilusionados y desesperados.

Menos mal que siempre queda la música y ella, la reina indiscutible. Ni Adele ni Adelo, Amy es única. Su voz, en definitiva, is the voice.


viernes, 3 de febrero de 2012

Trotadinero

Artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares y difundido en la Red. Mucha razón en todo lo que cuenta. El dinero marca la vida de todos. Para bien o para mal es así. Me quedo con esto: 

"El pobre –o cómo el parado bajó el escalón de la clase media– no puede hablar de otra cosa. Crecen sin cesar, a ritmo de la gráfica del Inem, los economistas de salón. Todo desempleado y/o asfixiado por facturas lleva uno dentro. Sin título y con
 pico de Lazarillo de Tormes."


"Gana el banco, empata el moroso y paga el perjudicado. Lo que haga falta para perpetuar un sistema en lucha por transformarse para seguir igual". 


DINERO


POR MARCOS TORÍO


El zapeo de periódicos al que recurro para poder asir este espacio me ha dejado la mente en blanco, en quiebra de ideas, el cerebro hastiado de titulares en números rojos. No importa que las informaciones versen sobre despidos en la Administración, el cierre de una aerolínea, los trajes de Camps, el que le ha hecho Urdangarín a la monarquía o la enésima vez que la sargento Merkel llama al orden al españolito de boina y cargo. La raíz es, en todos los casos, monotemática: dinero. 

Dinero que falta, evaporado en las manos de prestidigitadores –y desprestigiadoras– de la especulación y la irresponsabilidad. Pasta ficticia, lustrosa por fuera y hueca como una masa de hojaldre en el horno, que polinizaba bancos, capitales etéreos y créditos sin que nadie supiera qué viento había traído la semilla. Los expertos de las más renombradas universidades se encargaban de legitimar la reproducción asistida, aun conociendo la gestación fantasma. 

Ni los pudientes pueden resistirse al lenguaje de los billetes, considerado en su círculo como de mal gusto. Una ordinariez con la que desenmascaraban a los congéneres de nuevo cuño. No se lamentan –está feo, ya se sabe–, pero dejan de adornarse la fachada de su vida. Guardan bajo el colchón de la casta con la seguridad del margen. El pobre –o cómo el parado bajó el escalón de la clase media– no puede hablar de otra cosa. Crecen sin cesar, a ritmo de la gráfica del Inem, los economistas de salón. Todo desempleado y/o asfixiado por facturas lleva uno dentro. Sin título y con pico de Lazarillo de Tormes. Picaresca del consumismo. El arte del regateo. Se renegocian la tarifa y los servicios de la ADSL, las comisiones del banco y ya no importa tanto el último módelo de móvil como una rebaja en la factura. En realidad, cada vez se habla menos sobre las desgracias. Se chatean por WhatsApp. 

La lupa del ahorro prende donde antes nadie acercaba el ojo. Los intermediarios tiemblan y los servicios luchan por ser esenciales, imprescindibles en la rutina capitalista. La criba es imparable. Hay quien conduce hasta Sa Pobla a por sacos de patatas recién cosechadas igual que se descargan películas para ahorrar la entrada de cine. Las palomitas son un lujo; el refresco, combo del exceso; y el cierre de Megaupload, una estocada –comprensible– al ocio gratuito. Las primeras marcas han mutado en entes con menos brillo, un poltersgeit incapaz de escapar de la pantalla del televisor. La cartera perdió su condición autómata y escala, consciente, la inflación del miedo. 

Todo parece caro. Por eso el secreto del éxito radica en simular ser barato. O incluso en conseguirlo. A cualquier precio. Valga la redundancia. Ryanair imparte lecciones de necesidades básicas y las empaqueta en una maleta de 55x40x20 centímetros. Se puede viajar con equipaje de mano, igual que no hay yogures malos sino paladares demasiado exquisitos. Todo depende de la nómina con la que se mire. 

Mientras, los acreedores tocan puertas cerradas. Y, si se abren, recibe el banco. El Govern ha lanzado a los suyos a las entidades de confianza, que saldan la deuda a cambio de que el asfixiado se haga cargo de los intereses del crédito autonómico. El colmo: aceptar impuesto revolucionario por cobrar lo propio. Euríbor más dos puntos de diferencial. Otra medida lenteja: o la tomas o la dejas. Gana el banco, empata el moroso y paga el perjudicado. Lo que haga falta para perpetuar un sistema en lucha por transformarse para seguir igual. 

Merkel apretará a todos para que los griegos le paguen; los dueños de Spanair sestearán como consejeros de alguna corporación, deseosa de saber cómo levantar tanta pasta sin consecuencias; Urdangarín expondrá sus teorías sobre la polinización ante el juez; y Ryanair afianzará su condición de metáfora de la crisis. Así, este artículo, como los periódicos, sólo hablaba de dinero. 

viernes, 27 de enero de 2012

Revetla

La semana pasada, a estas horas, estaba leyendo esta crónica. No había sido publicada aún. El periódico en el que trabaja mi inquilino lo haría al día siguiente. Refleja lo vivido en mi primera revetla, una noche más para recordar en Palma.


La revetla ‘low cost’ de las ‘marcas blancas’

La cita pierde seguimiento con un cartel de versiones, orquestas y pinchadiscos 


MARCOS TORÍO / Palma
Buena, bonita y barata. O sólo barata. Revetla de saldo, oiga. Conciertos a porrillos. Rápido, que me los quitan de las manos. Se me acaban, señora. Corran antes de que se agote la música para el niño y la niña. Pasen y toquen el género, noten cómo Sant Sebastià huele más a mercadillo despoblado que a parrilla. Más a crisis que a litrona. Más a marca blanca que a pedigrí. Más a cama que a trasnoche. La puntilla de 2012. Sin esperar a los mayas. 


BAJAMOS LOS PRECIOS. Hay sitio para todos. De sobra. Un puñado de prostitutas asa chorizos en una parrilla redonda, de armazón rojo y tres patas, un platillo volante de hipermercado. El off de la fiesta en la Puerta de San Antonio. Diez de la noche y San Miguel bulle justito. No más que al cierre de un laborable. En la calle del Milagro, la barra del PSOE vende souvenirs revetleros –cervezas, bocatas y pringue variada– y lema protesta: El PP sube los impuestos, nosotros bajamos los precios. Lo segundo, como todos. Hay refrescos y cervezas a un euro. La oferta es mucha; la demanda, poca y las carteras con euros, muy tímidas. Manzanas caramelizadas, castañas asadas, pistachos y palomitas dulces reposan junto a la máquina del algodón de azúcar. No hay manos guardando cola por un palo de nube rosa. Las de los efectivos de la Cruz Roja están una sobre la otra. Noche tranquila.
La plaza Mayor ondea a media asta la bandera de la mallorquinidad. Brazos en alto y castañuelas. Un bolero de Tralai. «Ben ballat», celebran desde el escenario. Las cabezas del folclore, movidas en un ritmo mediterráneo, recortan la gran hoguera al fondo. Las llamas se elevan queriendo dar calor a los revetlers y a la fiesta, que falta le hace. Aunque el frío no sea térmico. 



MARCAS BLANCAS. Vía libre hacia Cort, desde donde reverbera el estribillo de Devuélveme a mi chica a cargo de GinTonics Band. Marca blanca de Hombres G y de El sueño de Morfeo… Versiones previas al regreso de La Granja, ya talludita pero efectiva ante su público nostálgico. Lo más animado hasta el momento sale grabado de los altavoces: el tema viral Ai se eu te pego de Michel Teló, un fenómeno de base futbolera. Lo canta Ronaldo y lo pincha –millones de veces– youtube. O cómo hacer que, de repente, cualquiera sepa decir algo en portugués. 
El aroma de un par de platos de plástico con panceta guía hasta Santa Eulalia, desprovista de jazz. Un pinchadiscos hace lo que puede en una esquina con temas de Grease y Waterloo de Abba. Esquerra Unida sigue en la batalla napoleónica del tenderete anticapitalista. Juegos de palabras con –y contra– bancos, que equiparan a Satán y la mafia italiana. Y menú Duque de Palmarena en la carta: cárnicos y refresco. Al estilo ferial, invitan a derribar una pirámide de latas con las fotos de Merkel, Sarkozy, Rajoy, Bauzá y miembros de la Familia Real. Cincuenta céntimos tres tiros. Se echa en falta el rincón de UM, antaño repleto de una cohorte de votos comprados. Las hamburguesas con queso ganan sitio en las parrillas.
 


UN PAYASO BORRACHO. Andalucía ha vuelto a Sant Francesc. «Collons, hi ha un coro rosiero aquí», se sorprende un paseante. No le falta un perejil a la propuesta. Ni su matita de romero en el sombrero. 
Ambiente de bajón en los soportales del Parlament. Pasadas las once, se habrán acabado las bandejas de comida gratis en la verbena del PP, que no muestra consignas. Ni un solo letrerito reivindicativo. La orquesta hace lo que puede con una canción de Fito. Más marcas blancas. Un tipo ebrio disfrazado de payaso remata la estampa a lo Balada triste de trompeta. Escaleras abajo, Haddock’s Orphans eleva el nivel con un sonido de rock elegante. De la Fé y Las flores azules congregará a la sección modernos y hiphoperos suavecitos. Muchofeeling con el público. 
 


LA LEVITA AMARILLA. Las parrillas languidecen, nada suda grasa en sus barrotes, apenas corre el vino y, aunque es medianoche, de las papeleras todavía no brotan los desperdicios. Contención de gastos, de restos, de fiesta. Pero ahí está Coti, con levita amarilla, demostrando que hay música más allá de un pegajoso hit de verano con la inefable Paulina Rubio. La cosa se anima. Se arremolinan los fieles. Y lo disfrutan. Las cajas de McDonalds se vislumbran sin problemas desde la puerta, la barra del Bosch está necesitada de codos; y sus llonguets abrigados con servilletas, de gaznates. Bocatta sirve al momento, insólito un 19 de enero.  


NEVERA DE GOGÓ. Preguntas sin respuestas: ¿Dónde está la multitud? ¿De puente, camino al aeropuerto? ¿Las parrillas de barrio han dispersado y descentralizado la fiesta? Se necesita el don de la ubicuidad para cumplir con el cartel. Maldita Nerea tiene loco al chavalerío en la plaza de España, asentada como resguardo de jóvenes. El grupo triunfa, se marcha, se hace el silencio mientras preparan los platos del dj Jonathan Castilla, que le pega al dance de nuevo cuño desde su púlpito. Una de Flo Rida, otra de Alexandra Stan y, sorpresa, revolución, Ai se eu te pego. Te pego, te pego, pegajosa. El pinchadiscos dispara una foto con el móvil para colgarla en Facebook. ¡Bota, bota!, jalea. A ritmo brasileiro, unos colegas se turnan la nevera playera como trono de gogó, chistera de la que se aparecen copazos en vez de conejos. Mimetismo de low cost con la revetla. 
Toca desandar el camino, quemar suela hasta la plaza del Olivar, rincón latino de reggeaton y de gallos con versos raperos en las espuelas. En un vistazo rápido, sobre la estatura media, sobresalen espaldas de portero de discoteca, grandes cabezas inmóviles frente al ritmo del conjunto. 
Los bomberos matan la hoguera de la plaza Mayor cuando el folclore ha guardado los rebosillos. Se hace la luz artificial a la vez que se apaga el fuego. El que no llega a encenderse en La Lonja, nueva en el circuito y de capa caída pese a las propuestas de jazz. 
 


TU CALORRO. La callejuela a Sant Francesc desemboca en un reguero de espesas cabelleras negras mechadas con decolorante de trazo grueso. Una silla de comedor entre la multitud mejora la visión del escenario para una niña con pendientes de oro como aldabas. La Húngara está crecida. Embutida en un vestido con agujero lateral para mostrar cadera, se emociona y agradece los aplausos. «Me habéis puesto los pelos tiesos», confiesa. Quería decir que se le había erizado el vello, que tenía la piel de gallina, pero le salió así de racial. Taconeo, vuelta bajo su brazo, el cuerpo en un volante. «Esto es como Callejeros», declara fascinada una recién llegada. «La Húngara es mucho», la secunda un revetler canario. Y más leré leré. Y más Callejeros. Toma, toma, toma. Palmitas hasta que también se hace la luz en la plaza y muere la noche.  


SOBRA LEÑA, PIDEN LEÑA. Bajo las parrillas, madera que acabará en un contenedor de Emaya. Ha sobrado hasta leña. La que piden en Cort, donde Juan Campos tiene al personal con los brazos haciendo primero una Y, luego una M, una C y una A. Guayemsiei, de los Village People. El dj, con chaqueta de lentejuelas amarilla, pilota el viaje a los 70 y los 80 con la ayuda de un speaker y Tormenta, que provoca una reflexión petarda de una asistente: «Una drag queen anima mucho. Siempre te resuelve la papeleta». Pues eso, que Tormenta se lanza al playback cuando Campos pincha I will survive, It’s rainning men o Mil campanas. Van sonando Highway to hell, The final countdown y Living on a prayer, que celebran un grupo al que se le ha agujereado el vaso de litro con vino y lo usa ahora como porrón. Ses Voltes está a lo suyo, resistiendo como Cort, aunque fuera del programa. Rock, rock y más rock y nada de drags. 
El reloj del Ayuntamiento marca las 2.30 de la madrugada. Los vecinos del cuarto piso del edificio de enfrente bailan en el balcón. El resto es persiana tapiada por el descanso. A Campos, el equipo municipal le prorroga media hora el espectáculo. Y suena Michel Teló. Ai se eu te pego, nossa, nossa. «Bona nit i a ca una puta ses putes crisis», sentencia el dj. Esto se acaba. Está to el pescao vendío, que diría La Húngara. Una revetla olvidable que ha costado vender. Ya convertida en cenizas, es sólo polvo gris low cost.

miércoles, 18 de enero de 2012

Parado y tonto

¿De verdad toman por tontos a quienes no tenemos un trabajo al que asistir cada día? ¿De verdad creen que a un periodista se le puede pagar 2,50 euros por un artículo? ¿De verdad es necesario pasar tres entrevistas para no ser elegido? ¿De verdad es humano que te llamen para trabajar con un contrato cerrado y te lo anulen dos días antes de incorporarte?

Demasiadas preguntas y todas tienen respuestas equivocadas.
-No lo sé si nos toman por tontos pero sí se aprovechan de nuestra desesperación para manejarnos como marionetas. -Quienes hacen ofertas como éstas sólo ayudan a denigrar más esta profesión. Los que la ejercemos no podemos permitirlo porque esta situación ya es hoy nuestra desgracia. -No creo que sea necesario pero sí es como funcionan ahora las cosas. Tres entrevistas o cuatro para no ser elegido. Lo único que importa es tener un contacto. Así es España. -No es humano pero sí puede ocurrir. Nadie piensa en quien descuelga el teléfono, en su pérdida de rumbo, en su cansancio en la espera, en su temido fracaso, en sus sueños derrumbados... Como dice una gran amiga, "se está perdiendo la humanidad".