No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

martes, 22 de febrero de 2011

Norma

Vive en Palma. Había oído hablar mucho de ella. Un buen amigo me contó y me cuenta muchas historias de ella y de su madre. "Me llamó y me dijo que apuntara estos números. /Cuando entré por primera vez en su casa, su madre notó la presencia de mi abuela. / Me dijo que me fuera a Londres, que cuando volviera tendría trabajo y fue así. No se equivocó. / A ella la conocí por la calle y le dijo a su madre: sé que vamos a ser buenos amigos". Nunca me había atrevido a ir a verla. No sé por qué. Seguramente sería por el miedo a comprobar que otros te pueden conocer sin tan siquiera hablar. Estas navidades me atreví. Me acompañó él y una amiga bastante escéptica que todavía me pregunta por las cosas que me dijo para comprobar, muy metódica ella, si van ocurriendo o no. Sin embargo, a mí me pasa todo lo contrario. No pienso en lo que me dijo de los planes vitales porque lo que más me conmocionó fue que pudiera conocer mi interior sin yo mostrarle nada. Es raro que alguien te mire y te diga cosas que tú no le has dicho. Al menos no es la norma común. La gente suele ir conociéndose poco a poco a medida que la conversación, la empatía y simpatía fluyen entre ellos. Sin embargo, hay quien te mira y te descubre. No sé cómo llamarlos. Si brujos, adivinos... Ni idea. Lo que sé es que antes no creía nada en ellos y ahora parece que sí. Ahora ando arreglando cosas que me recomendó. Intento no liar tanto el ovillo mental y comprender que esto es la vida porque, según ella, ahora me he dado cuenta de lo que se trata. A buenas horas, dirían otros. Pues sí. Pero bueno ahí andamos y mientras tanto busco laburo, que llegará lo sé. Ella también dice saber. Ojalá sea así.

domingo, 6 de febrero de 2011

Vida

Me sorprendí a mí misma mirando a una madre que amamantaba a su hija en plena entrega de premios de la Asociación de Periodistas Cinematográficos de Andalucía. No podía entender que ella tomara ese acto público para realizar uno que se considera íntimo. No sé si quería dar ejemplo con su hecho pero el lloro de la niña boicoteó al premiado, y a este no le gustó. Tampoco al público. De ahí salí enfadada con las madres que no se plantean donde llevan a sus hijos . Tenía hambre y corrí a la Alameda, tierra antaño de putas y yonkis, lugar hoy de "neopijos" con carritos de niños y gin-tonics en la mano. Contemplé el comportamiento de ellas y vi a dos madres más amamantando a sus respectivos hijos. ¿Será que está de moda hacerlo en público? No lo sé. Y entre acto y acto recibí una mala noticia: ella se había muerto. Una mujer que se bebía la vida, que rompió moldes en su modo de afrontar esa enfermedad maldita, ejemplo para todos y todas de cómo se debe caminar. Igual que esas madres daban el pecho sin temer las miradas de los demás, ella se engulló la vida sin mirar a su alrededor para apartar los miedos. Disfrutó de las pequeñas cosas para, como Joan Manuel Serrat cantó un día, tener un tiempo de rosas. Luchó por tenerlo y lo consiguió hasta que otro más grande venció. Grande Paky. Grande el ejemplo de ellas. Grande el tuyo porque la vida comienza y termina. Eso lo sabemos. Pero la valentía debe estar tanto al principio como al final y tú la has tenido.