No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Cortocircuito

Su cabeza tenía las mismas luces que las calles. Estaba rellena de bombillas encendidas que disparaban sin parar. Un pensamiento, otro, uno más, otro más. Ninguno conectaba con sus pasos. Su cabeza, por un lado, su cuerpo, por otro. No gastes. Sí, lo hago. Entro, me pruebo, estoy en la caja. Salió corriendo y se perdió por una de esas calles donde no se va a ninguna parte. Sólo a la soledad de las piedras que otros pisaron, a los recovecos de una iglesia que se levanta majestuosa ante la devoción de los feligreses. Caminando y caminando, se encontró con él. ¿Tomamos una cerveza?, dijo. Por supuesto, contesté. No perdía nada. Sólo dos horas de mi tiempo. Mientras la espuma bajaba en el vaso y lo blanco del cigarro se consumía, su boca se detuvo y se acercó a la mía. ¿Pero qué haces?, grité. ¿No lo ves? Comerte los labios. Siguió. Y, entonces, justo en ese momento, mi cabeza tuvo un cortocircuito. Tengo que cambiar un jersey. Me voy.

No hay comentarios: