No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

domingo, 28 de septiembre de 2008

SUSANITA: Veo-veo.
MAFALDA: ¿Qué ves?
SUSANITA: Una cosa.
MAFALDA: ¿De qué color?
SUSANITA: Negro.
MAFALDA: ¿El futuro?
MAFALDA: ¿Qué es ese recorte de diario, Manolito?
MANOLITO: La cotización del mercado de valores.
MAFALDA: ¿De valores morales? ¿Espirituales? ¿Artísticos? ¿Humanos?
MANOLITO: No, no, de los que sirven.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Dos escenas y la misma noticia

Primera escena. Esta mañana, sobre las doce, consulté internet como de costumbre. Mi página de inicio es la de El Correo de Andalucía. La abrí y me encontré con una trágica noticia: Mario Maya había muerto. Después me fui a El País. Otra mala noticia: Paul Newman había fallecido. Pasé de abrir otra web más porque temía que otro muerto asaltara mi pantalla.

Segunda escena. Paseo por el centro con Olivia. Vamos de camino a Fnac y a esto que pasamos por detrás del Ayuntamiento criticando el velador que Laredo ha puesto en la Plaza San Francisco. ¡De vergüenza, vamos! Vemos un revuelo de gente y una puerta de atrás del Ayuntamiento abierta. "¿Qué raro?", nos preguntamos las dos. "Aquí ha pasado algo", digo yo mientras veo a mi lado rostros conocidos: Israel Galván, Belén Maya, Rocío Molina... "Dios mío, es Rocío Molina. Oli esto es el velatorio de Mario Maya", grito entusiasma por ver a la gran Rocío Molina. Menudita, rubita, con vaqueros... Mu poco flamenca para ir a ver un muerto gitano... Ahora, qué arte tiene esta niña en un tablao Entonces sí que es flamenca por los cuatro costaos.

domingo, 21 de septiembre de 2008

VCBCN

Vicky Cristina Barcelona. Me ha gustado. No puedo decir otra cosa. Pero sobre todo me ha gustado el papel de Penélope Cruz como María Elena (una risa) y las intervenciones del padre de Juan Antonio (Javier Bardem para muchos). La recomiendo igual que hago con esto:

MAFALDA: ¡Se me ocurre que el año que viene debe ser más malo que no sé qué!...
SUSANITA: ¿Por qué se te ocurre eso?
MAFALDA: ¿Has visto por aquí algún aviso o escuchado algún jingle ponderando la calidad del año que viene?
SUSANITA: La verdad, no.
MAFALDA: ¡Y bueno! ¿Qué puede esperarse de un año tan poco publicitado?

sábado, 20 de septiembre de 2008

Escucha esto

Hercules & Love Affair

Resaca de Madonna

Ua, ua... Después de cuatro días, no consigo que los gritos del concierto se me vayan de la cabeza. Fue especial. Fue una noche fantástica, de las que, creo, no he vivido nunca. Todo redondo y, además, todo perfecto: la compañía, las ganas, el alcohol, los bailes... Menos mal que quedará para apaciguar momentos como estos, cuando todo se nubla a tu alrededor. Uf!!
Publicado por El Mundo - El Día de Baleares, 20-9-2008

La goma de borrar

MARCOS TORÍO

Si las gomas Milan no lo han borrado de mi memoria, que yo recuerde, los Reyes nunca vinieron a mi cole a inaugurar el curso como han hecho en Menorca. Supongo que tampoco hacía falta porque estaban omnipresentes en la típica foto seriada que pendía en cientos de pasillos o secretarías escolares. Siempre me pregunté si esas imágenes las enviaba la Casa Real, se vendían en tiendas especializadas o formaban parte de los programas educativos que regulaba el Estado. Cuando me cruzaba con la foto, me quedaba mirando al Rey allí de pie, trajeado y enmarcado, y me lo imaginaba diciendo nasalmente: «Niños, estudiad mucho para que podáis vivir como reyes». Si la vida de reyes incluye inauguraciones escolares, paso del consejo. Los arranques de curso se han convertido en un estrés de corrección política más preocupados por las formas que por el fondo. Asisto divertido al hastío de padres que salen de la reunión informativa en el centro de sus hijos teniendo la sensación de haberse colado en un programa de testimonios. El pobre profesor se ve reconvertido en una suerte de Patricia Gaztañaga cuando la madre de turno ignora el interés general para glosar las virtudes y necesidades personales de su estupendo niño (más bien las suyas propias) que puede terminar el curso sin saber qué es la fotosíntesis, pero no sin memorizar cómo escribirlo en inglés. Of course. Apruebo a los padres que sienten vergüenza ajena en esos casos y suspendo a los superficiales que, incapaces de pensar en abstracto, se preocupan más por la imagen que proyectarán sus hijos que por lo que van a aprender. Los profesores no los han parido. Su deber es formarlos, no educarlos. El sistema ha fomentado esa relación perversa en la que se confunden los términos. En nombre de la pedagogía y los nuevos tiempos, los maestros se ven convertidos en nutricionistas, psicólogos, consejeros y profesionales forzosos de las buenas maneras. Cuando los Pitufos huían de Gargamel, empezabas el colegio a mitad de septiembre sin más instrucciones que el horario. Con tu caja de Alpino y la merienda sin pautar, llegabas y dejabas que el profesor hiciera su trabajo. Tu padre sólo aparecía por allí en el caso de que hubieras intentado encender una hoguera con los lápices de colores del ciervo en la montaña. No pretendo devolver la regla para fustigar manos, ni censuro el interés responsable, pero sí abogo por la recuperación del respeto, diluido entre un sistema educativo perfecto para devolver analfabetos funcionales, maleducados en la cultura del esfuerzo. Hay adolescentes capaces de responder en un examen que las siglas CD corresponden a Corporación Demoestética. El profesor todavía duda de si el alumno contestó por ignorancia o por vacile. Le da lo mismo. En ambos casos es un problema. Hoy en día, más allá de objetivos, Internet o la pieza de fruta obligatoria de los lunes, me quedo con el olor de la Milan frotada sobre el papel. Por cierto, goma de borrar en inglés se dice eraser.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Larga tarde de domingo


Leer tiras de Quino sobre Mafalda gracias a Público puede ser una buena receta para pasar una larga tarde de domingo. También lo es salir a dar un paseo o escuchar de nuevo la lista DEL 40 AL 1 que Los 40 dio el sábado por la mañana. No lo es tanto esperar a que el teléfono dé ese "bip" pequeñito del modo callaito para poder escuchar al otro lado la voz de alguien, esa persona o esas personas imprescindibles y culpables de poder sentir aire entre la tristeza. Esas esperas se convierten en interminables e indeseables porque entonces te vuelves una egoísta y sólo piensas en que si pudieras unir a los favoritos de la pantalla de tu móvil, los secuestrarías, los llevarías muy cerca de ti y nunca más los dejarías volver a la agenda de contactos. Bueno sólo habría una excepción: los menores de cinco años. ¿La razón? Sus pequeños dedos aún no saben marcar mi número.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Justo esto

Publicado en El Mundo-El Día de Baleares, 13-09-2008

El color de la posidonia

MARCOS TORÍO

No me gusta Ibiza porque es lo primero que encuentro al abandonar Formentera. Tengo más razones, todas igual de arbitrarias o injustificadas para tomar la pitiusa mayor únicamente como un trasbordo hacia la tierra prometida, el lugar donde sólo es noticia la crónica del viaje propio.
Confieso que la idea que abre este escrito es de una amiga también enamorada de la isla. La suscribo y sé que ella nunca escribiría una columna como la de hoy porque está convencida de que la masificación, más que obra de los turoperadores, es cosa del boca a boca. Cree que con la suya cerrada, el paraíso seguirá vivo cada septiembre cuando las hordas de italianos dejen una bota para volver a otra. «No pienso contarle a nadie cómo es esto», aseveró en su primera visita antes de maldecir a Medem por haber convertido la isla en una postal de cine sudada en sábanas de salitre. «Pero si Lucía y el sexo refleja muy bien el ambiente de Formentera», le dije por despertar su fobia contra los directores modernos. «Menos poesía y que hubiera incluido una escena con Paz Vega repostando la moto. En España hacemos realismo social y a las motos aquí se les acaba la gasolina», sentenció bebiéndose el atardecer en vaso de tubo.
En Formentera ya hay motos eléctricas que se ríen del petróleo consumiendo la carretera única que divide las playas en insuperables e irrepetibles. Como para hacerle un corte de manga en azul turquesa al Caribe de cocotero y pulserita.
No hay mejor sitio para formatear el cerebro ni para poner a prueba las hipérboles de la felicidad bajo el cielo más bonito del mundo. Sólo hace falta haber visto unos cuantos. De día hasta los reptiles se exhiben brillantes, lagarteando entre las rocas. De noche, el polvo de estrellas enciende el techo punteado que se eleva sobre los porches de casas pedrosas. Desde la cama chill-out a la intemperie agradezco que los amantes de Ibiza incluyan Formentera sólo como una excursión de un día, un after después del after. Hasta el más entregado necesita desconectar de tanta impostura en blanco, de un sitio en resaca permanente.
En un viaje sin semáforos, grúas ni autovías, la bicicleta destartalada del hippie antiguo se eterniza frente al coche que apura las curvas hacia el Cap de Barbària. El faro se descubre guiado por el asfalto. De día, los turistas buscan el agujero por el que caía Lucía. De noche, sólo los haces de luces giratorios alumbran el silencio mientras invoco el ritual de las primeras veces, la fascinación del descubrimiento que nunca regresa.
Por todo eso, el avistamiento de Ibiza es el mazazo de realismo social, el regreso a las feas tardes de domingo, a la cola para repostar en la gasolinera y, en definitiva, a la rutina sin el color de la posidonia. El aire se carga hasta que el próximo septiembre el cielo sople hacia Formentera. No le cuenten a nadie lo que han leído. Disfruten de Ibiza.

lunes, 8 de septiembre de 2008



















Si alguna vez la vida te maltrata,



acuérdate de mí,



que no se cansa de esperarte



quien no se cansa de mirarte