Ua,
ua... Después de cuatro días, no consigo que los gritos del concierto se me vayan de la cabeza. Fue especial. Fue una noche fantástica, de las que, creo, no he vivido nunca. Todo redondo y, además, todo perfecto: la compañía, las ganas, el alcohol, los bailes... Menos mal que quedará para apaciguar momentos como estos, cuando todo se nubla a tu alrededor. Uf!!
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