No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Grupo 7

Sin cita previa. Ayer me vi en el preestreno de la película Grupo 7, del director Alberto Rodríguez, en Sevilla sin pensarlo. Son estas cosas que surgen porque sí. 

-¿Qué haces esta noche?
-Nada, ¿por?
-Espera que voy a ver si consigo una cosa y te lo digo.
-Tengo una entrada para el preestreno de Grupo 7 en el Nervión. ¿Te apuntas?
-Of course.

Actores masculinos de Grupo 7. Entre ellos, Antonio de la Torres y Mario Casas.
Este diálogo de wachá fue el preámbulo para estar en una cita de esas a la que están acostumbrados los de la capital del reino. Sala 2. Nervión Plaza. Todos los actores y el director. Productores y gente del audiovisual en Andalucía. Unas palabras de algunos, se apagó la luz y comenzó la historia. Alberto Rodríguez te lleva a la Sevilla de antes de la Expo´92 a través de un thriller lleno de ritmo e intrigas criminales. Los drogadictos y mendigos se mezclan con un grupo de policías que quieren limpiar la ciudad. Los planos, realizados en la Sevilla más serpenteante, impactan en el espectador, pero también lo hace una trama basada en los límites entre la mentira y la lealtad, en el todo vale para conseguir algo, en la corrupción de alta y baja esfera, en lo permitido y lo rebasado. 

Pese al planteamiento, que me gusta, y el acercamiento a una ciudad de hace veinte años, hay algunos fallos, a mi parecer, en este largometraje. Primero, hay algunos actores que dan la talla y otros que dejan mucho que desear. Mario Casas (Ángel), ídolo de niñas que no conocieron esa época, fue vitoreado en su entrada en la sala pero su personaje no llega al espectador. En el otro punto, está Antonio de la Torre (Rafael), creíble hasta la última médula. Este actor, y también periodista, puede presumir de meterse en el papel de un policía arrogante y contundente, con un pasado que no le deja en paz. 

Inma Cuesta.
Poco peso tienen las mujeres en la trama de la historia pero hay dos que sobresalen. Inma Cuesta es la esposa de Ángel. Su personaje va creciendo a la medida de la trama. Se implica y llega a emocionar con los sentimientos encontrados hacia su marido. Sin embargo, la number one es Estefanía de los Santos, que interpreta a La Caoba, la puta que abrirá las piernas y las puertas al contrabando y la mafia policial en Sevilla. Es una pena porque precisamente de ella no hay ninguna fotografía en Internet. Ojalá esta profesional sea más conocida porque se lo merece.

* Grupo 7 se estrenará el 4 de abril a nivel nacional. La historia está basada en hechos reales.

lunes, 26 de marzo de 2012

Punto y seguido en Andalucía

El Mundo

La Vanguardia
Las portadas de estos dos periódicos nacionales muestran la diversidad de opiniones sobre el resultado de las elecciones en Andalucía, que se celebraron ayer. Las encuestas vaticinaban la victoria imparable del PP. Los señores de azul, esos que no han gobernado nunca en la región del sur, volvieron a irse a sus casas con las orejas agachás, sobre todo el señor Arenas. Cuarta vez en las urnas, cuarto fracaso. Realmente fue una sorpresa para algunos de aquí y otros tanto que miran a esta región desde lo alto de Despeñaperros. Andalucía no cambia. No señor Pedro J. Pero no lo hace porque tiene voz propia. Es una región de gente trabajadora, por mucho que le pese a algunos como Don Cayetano, pero sabe lo que hace. En las últimas generales, el PP pegó un pelotaso andaluz porque ganó en todas las capitales. Sin embargo, los pueblos andaluces siguen siendo de izquierdas. La capital es otra cosa. Queda lejos de la Andalucía más rural, la campesina, la del tajo, la del sufrimiento, la de los tópicos, la del frenaso presupuestario. Sí. Esos andaluces son los que votan y los que siguen pensando en la izquierda como su única garantía para luchar contra esos señoritos, que en otra época, no muy lejana, los maltrataron en un campo de sol a sol.

Pese a todo, creo que esta región ha dado muestra, una vez más, de su capacidad de decisión y sorpresa. No forma parte de un rebaño y, como tal, pagará o disfrutará las consecuencias. Lo más justo sería lo segundo pero en política parece que el concepto de justicia no se aplica. Ojalá me equivoque.

Mientras tanto, me quedo con las portadas de los periódicos regionales. Muestran la verdad: Andalucía sigue siendo de izquierdas. Rajoy recibe su primer revés después de una reforma laboral bastante dura que no abrirá nuevas vías de trabajo. Ahora quedan los presupuestos, que guardó para después de los comicios. No sé yo si le habría servido presentarlos antes (los recortes vamos a sufrirlos como es normal) y dejar la reforma para después. Se equivocaron de estrategia. No hay más.

Todo pasa, nada queda. Señores gobernantes de izquierdas, sois ustedes los que tenéis un voto de confianza. No queremos seguir al final de la cola. Trabajen para y por esta comunidad. Hagan que los problemas reales que ahogan a los andaluces se solucionen. No se olviden de los parados. Olvídense de los enchufismos. Abran nuevas vías de empleo. Dedíquense, por último, a eso, a trabajar para y por una ciudadanía que pueda disfrutar de un trabajo que le permita llegar con su mes completo a fin de sueldo.

El Correo de Andalucía 

Diario de Sevilla 

Ideal Granada

ABC-Edición Sevilla

domingo, 11 de marzo de 2012

El placer de leer

Hay quienes juntan palabras con un arte capaz de dejarte una huella en la mente, una necesidad imperante de volver a ese texto para disfrutar, como si fuese el primer beso, de la alegría de los descubrimientos. 
Sirvan de ejemplos dos textos. El primero, del libro Libertad, es pura literatura y el segundo, la entradilla de una entrevista a la escritora Ana María Matute en la revista Meridiam, también.

"Existe una tristeza peligrosa en los primeros sonidos del trabajo de una persona por la mañana; es como si la quietud experimentara dolor al verse interrumpida. El primer minuto de la jornada laboral recuerda todos los demás minutos de que se compone el día, y nunca es bueno pensar en los minutos como unidades individuales. Sólo cuando otros minutos se han sumado al primer minuto desnudo y solitario el día pasa a estar más sólidamente integrado en su diurnidad". (Jonathan Franzen)

"Ana María Matute viene hacia mí despacio y vestida de blanco e imagino que es su uniforme de inventora, su bata de prácticas en el laboratorio de las letras. Ella no usa retortas, émbolos o alambiques para inventar, pero confía plenamente en el milagro del hallazgo con otros rudimentos y conoce el engranaje para poner en marcha la máquina de los sueños. Los años y el trabajo al pie del crisol de las palabras han vuelto canos sus cabellos y su mirada lacónica, pero su voz es diáfana y fresca como la de una adolescente y se asoma a los labios sin vacilación". (Montserrat Rico)

viernes, 2 de marzo de 2012

Trotaparo


Publicado por El Mundo en su edición de Baleares el 2 de marzo de 2012.

Periodismo en Paro

MARCOS TORÍO


EL PARO es el nuevo SIDA. Me lo dice una amiga periodista desempleada y ya sin prestación por boca de su psicoterapeuta, la que trata de ordenarle la cabeza cuando se le descoyunta de impotencia y desesperación. El discurso no es esperanzador, pero invita a una reflexión sobre el estado de las cosas. La experta cree que la sociedad ha instaurado la idea de que todo el mundo debe trabajar por cuenta ajena y que, por tanto, sólo la esfera empresarial es capaz de ofrecer un empleo a los millones de personas que se baten a diario por conseguirlo. La única mano que se asoma al pozo. 

La ansiedad por desbloquear la condición de parado impide potenciar la propia creatividad, idear fórmulas autónomas con las que reengancharse a la vida estable de la nómina, la hipoteca, el alquiler y el consumismo loco que mueve el mundo. 

A veces la fórmula funciona y el secreto se halla en buscar nuevos nichos de mercado, aunque antes habría que plantearse si existe siquiera dinero para que el cliente potencial pague por los servicios que se le ofrecen. «Hay que inventarse trabajos», me asegura quien está volcada en las oportunidades que se derivan de la comunicación 2.0. Y le doy la razón, aunque me dé pereza la idea no ya de gestionar un blog sino simplemente de abrir una cuenta en Facebook. 

Un nombre atractivo –preferiblemente en inglés– que enmascare la oferta es el siguiente paso. Ella se saca un extra como community manager, algo así como gestora de redes sociales o, más llanamente, poner en circulación a un usuario o empresa en el universo de las redes sociales. Así, mientras algunos explotadores ofrecen 50 céntimos a un periodista por escribir un texto, otros están dispuestos a pagar hasta 50 euros la hora por que les enseñen a tuitear. 

El mayor problema del periodismo somos los propios periodistas, individualistas y carentes de cohesión para defender una profesión cada vez más denostada y devaluada. Existe la creencia de que cualquiera puede ejercerla a poco que sepa juntar cuatro letras o decir la primera barbaridad que se le pase por la cabeza frente a una cámara o un micrófono. Los tertulianos arrabaleros y una caterva deegobloguers absurdos a los que se les confiere un poder que no tienen han terminado por convertir la profesión en un escaparate vanidoso donde el quién pesa mucho más que el qué. 

Aparte de hacer lo posible por revertir la situación, seamos pragmáticos en lugar de victimistas. Si estamos en una época en la que informar ha perdido valor frente a comunicar, que sean los periodistas quienes se apropien de esa vía antes de que, una vez más, el intrusismo nos levante el negocio. Por muy simple que pueda parecer –la suficiencia es otro de los males– y porque esos conocimientos se incluyen ya en el paquete mínimo que demanda el empresario. 

Más allá del trabajo en los medios tradicionales, muchos empleadores exigen al periodista que sea diseñador gráfico, community manager, editor web, montador de vídeos... Luego ya verá si, después de un proceso de selección agotador, contrata a alguien o decide que su secretaria se puede apañar con un par de clases particulares. En venganza, yo ya soy capaz de arreglar la caldera de calefacción gracias a las instrucciones de los foros de internet. Un trabajo menos para el fontanero, aunque me arriesgue a que en una fuga me reviente en la cara. Y así vamos mientras los escapes del periodismo se consideren menos peligrosos que los de gas.

El trabajo es hoy, dice la psicóloga de mi amiga, la licencia para ser adulto. Antes se obtenía a través del matrimonio o, en el caso del hombre, cumpliendo el servicio militar. Ahora, la adolescencia se revela como la única etapa vital reversible. El paro devuelve a quienes se creyeron adultos al nido familiar, a las pagas o la caridad sonrojante, a la pérdida de la autoridad. El SIDA ya no mata, pero nadie encuentra la vacuna.