No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

domingo, 6 de febrero de 2011

Vida

Me sorprendí a mí misma mirando a una madre que amamantaba a su hija en plena entrega de premios de la Asociación de Periodistas Cinematográficos de Andalucía. No podía entender que ella tomara ese acto público para realizar uno que se considera íntimo. No sé si quería dar ejemplo con su hecho pero el lloro de la niña boicoteó al premiado, y a este no le gustó. Tampoco al público. De ahí salí enfadada con las madres que no se plantean donde llevan a sus hijos . Tenía hambre y corrí a la Alameda, tierra antaño de putas y yonkis, lugar hoy de "neopijos" con carritos de niños y gin-tonics en la mano. Contemplé el comportamiento de ellas y vi a dos madres más amamantando a sus respectivos hijos. ¿Será que está de moda hacerlo en público? No lo sé. Y entre acto y acto recibí una mala noticia: ella se había muerto. Una mujer que se bebía la vida, que rompió moldes en su modo de afrontar esa enfermedad maldita, ejemplo para todos y todas de cómo se debe caminar. Igual que esas madres daban el pecho sin temer las miradas de los demás, ella se engulló la vida sin mirar a su alrededor para apartar los miedos. Disfrutó de las pequeñas cosas para, como Joan Manuel Serrat cantó un día, tener un tiempo de rosas. Luchó por tenerlo y lo consiguió hasta que otro más grande venció. Grande Paky. Grande el ejemplo de ellas. Grande el tuyo porque la vida comienza y termina. Eso lo sabemos. Pero la valentía debe estar tanto al principio como al final y tú la has tenido.

No hay comentarios: