No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

viernes, 15 de abril de 2011

Periodismo

Sigo hoy un hashtag en Twitter de la Asociación de la Prensa de Madrid. Se llama #laboratorioAPM y en él van vertiendo los titulares más destacados de la quinta sesión del Laboratorio de Periodismo de la APM, dedicada esta vez al análisis de los nuevos perfiles profesionales. Llega el turno de uno y otro y me topo con la opinión de una de las ponentes. Lucía Herranz del Toro, directora de Hilo de Comunicación, dice lo siguiente: "No se puede estar con la idea de que me tienen que contratar y cobrar desde el primer día". Ah, ¿no? ¿Y entonces que hacemos señora? ¿Ese es el futuro que les queda a los que empiezan ahora, a los que nos enganchamos de nuevo?

No sé ni por qué utilizo la primera persona del plural. No sé si esta profesión me pertenece todavía como periodista o como una profesional formada en nuevas materias que también busca otras salidas. En ese intento de sobrevivir a esta situación desesperada, lucho por tener en mente por qué estudié periodismo. Recuerdo que lo decidí en el instituto tras una conversación con una persona que no era importante en mi vida. Yo no sabía si elegir el bachillerato de ciencias o letras. Quería ser periodista o matrona. Sí. Profesiones muy dispares pero me gustaban ambas. Al final, me decidí por eso de juntar letras y pensar en ellas para comunicar algo, para darle voz a la calle.

Empecé con mucha ilusión en el mundo laboral, como la mayoría de mis compañeros. Sin embargo, hoy, nueve años después de esa primera vez de pisar una redacción, los sentimientos son otros. Son sobre todo de tristeza por sentir que esta profesión se me escapa de las manos. No sé si por la maldita y repetida crisis o porque los medios de comunicación están en el cambio más importante de todos los tiempos. Internet es el porqué de todo, del avance, de esta evolución comunicativa que me hace seguir a @pedrojramírez, director twittero de El Mundo, pero al que no le puedo comunicar, ni yo ni nadie, nuestra situación desesperada.

Pese a todo, hay una llama dentro de mí que me ayuda a continuar, a pensar que sí puedo vivir de esta profesión deseando tener contrato y sueldo desde el primer día porque Señora Herranz del Toro, mi profesión y la suya es como la de cualquier otro y tiene que ser igual de digna que las demás, igual de reconocida y eso viene dado no solo por su valor ético con la sociedad sino por las condiciones laborales de quienes la desempeñan. Ojalá, opiniones como la suya no se escuchen más en foros sobre periodismo. ¡Ojalá!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos tiempos están siendo muy pero que muy difíciles. Algo hay que cambiar en esta sociedad, porque antes de que nos aplasten, hay que luchar, y te lo dice uno que está un poco aplastado, pero eso sí, con contrato. Aplastado con contrato.

Ánimo, y a esta tiparraca ni caso.


Besos

Agustín Gómez

Ángel Munárriz dijo...

En algún momento hay que plantarse. Si no recuperarán el derecho de pernada.

Anónimo dijo...

Para eso sirven las asociaciones de la prensa???