No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

lunes, 29 de marzo de 2010

Maletas

Uno no percibe las idas y venidas hasta que no está en ciudades grandes como Madrid, en las que ver una maleta por la calle se convierte en un atractivo más, en un común de todos los días. Como si se tratase de una farola o una papelera, las maletas se convierten en algo más del paisaje urbano.
Las modernas presumen de sus cuatro ruedas, de poder ser llevadas como un carrito de la compra del súper. Miran de reojo a su competencia más directa, las arrastradas a dos ruedas. Éstas a su vez se ríen de las más queridas por los gafa-pastas, esos que adornan sus manos y destrozan su espalda mientras sostienen las llamadas "vintage".
Todas, sean el modelo que sean, llevan dentro una historia, la del susodicho que las porta, que las pasea de una ciudad a otra sin rumbo último, siempre esperando a cargarla de ilusión y alegría para deshacerla más tarde entre sollozos de melancolía por lo vivido en maleta (o tierra) ajena.

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