No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Vida

No se merecía esto. Terminar por la puerta pequeña no estaba en los planes de su vida. Imaginaba que sus últimos días iban a ser a lo grande. Había escuchado a su hija hablar de unos personajes antiguos y queridos del periódico. Carmona y Pedro eran para ella el ejemplo claro de su papel en el almacén. Antiguo trabajador, compañero de sus compañeros, guía laboral de los principiantes, hombre de risas en el que apoyarse... Ella pensaba en su despedida laboral como si fuese la de Carmona y Pedro. Con aplausos incluidos. Sin embargo, un día cualquiera todo se tiñó de gris. Camiones que se iban y no volvían, compañeros que pasaron a poner tiendas de frutas, caras de viejos jefes a las que enfrentarse... Todo se tiñó de gris. Todo cambió por la omnipresente crisis económica. Menos mal que le quedaban y le quedan las fuerzas que da el tener 61 años cargados de la sabiduría tomada directamente desde los pies de una carretera, al volante de un gigante con ruedas. Sólo desde ahí se sabe que nunca pasa ni pasará nada. Por muchas curvas y baches, el camino alquitranado siempre termina en un kilómetro cero: la vuelta a casa, el consuelo que da el abrazo con los suyos. Nada más que por esto último, ya ha merecido la pena para él. Aunque no tenga los vítores de despedida de sus ya ex compañeros, se queda con lo conocido, con lo vivido y con lo trabajado porque, según él, de esto se trata la vida, de vivirla y no caer nunca en la desesperanza del desesperado.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Su esfuerzo, el de la gente firme, fuerte y entregada, nos ha puesto donde estamos. Ahora toca devolverle el cariño y el esfuerzo. Sabreís hacerlo bien, esa suerte tiene. La vida tiene forzosamente que ser generosa con los buenos. Lo tengo claro. Vendrán días mejores. Un beso enorme

Tú o yo dijo...

Ahí lleva el aplauso de mi madre. Y el mío también.

Antonia dijo...

Gracias.