No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Trotaletras

Soy muy fiel. Aunque no esté de acuerdo con lo que dice, estoy muy de acuerdo con como lo dice.

Publicado por El Mundo-El Día de Baleares (21 de noviembre de 2008)

Las tetas de Pachá

POR MARCOS TORÍO

Pachá regala dos tetas. O un aumento de labios, un estiramiento de jeta y un culo más turgente. Lo que den de sí 4.500 euros en cirugía estética. La discoteca anuncia el sorteo de un cheque canjeable por retoques entre los asistentes a su próxima fiesta. Cuelga los carteles con un torso femenino vendado y la corrección política se curra un preoperatorio alarmista. Instituciones, asociaciones y otros órganos vigilantes y vitales han entrado en shock al imaginar a la mujer desfigurada, cosida en términos denigrantes.
La polémica me parece estéril, hinchada como globos de opinión, reventona de puritanismo atendiendo a la coherencia de la discoteca. La empresa ofrece ocio a sus clientes y se adapta a sus necesidades en una noche que le sale mucho más barata que contratar a un Dj con un caché de 30.000 euros.
Los responsables de la sala valenciana aseguran que “la mayoría de chicas que va a Pachá está operada” y entienden que otro tanto no recauchutado lo tiene entre sus prioridades. Conoce a su público objetivo y cumple con él. Muchos harán cola para entrar en el bombo y el ganador decidirá libremente en qué parte del cuerpo ingresará el premio. No veo el problema. Me preocuparía si Pachá empezara a regalar postgrados o estancias en universidades extranjeras.
En un mundo dominado por la imagen y basado en la libertad de elección, el revuelo huele tan artificial como los pechos comprados o regalados de las pacientes discotequeras. Nadie ha protestado todavía ante la próxima celebración de la marca de las cerezas: bonos de depilación definitiva para hombres.
Los clubes prefieren y necesitan clientes cincelados por la naturaleza o las clínicas, una nómina de gatos poco pardos para fundirse en sus noches de beautiful people. Los unos son un reclamo para los otros porque el objetivo es que entre guapos ande siempre el juego. Ahí el portero es también árbitro.
La premisa empresarial es sencilla: cuanta más tía buena en la sala, más tío en el avispero libando copas. El feminismo, los que no pisan una discoteca y los detractores del bisturí considerarán machista y ofensiva la idea de Pachá. Un bono estético, sin embargo, no altera una realidad que funciona con precisión de cirujano bajo la presión consumista. Hoy se compran pómulos como barras de pan. Se financian muslos reducidos con condiciones de electrodomésticos. Y se lucen en escaparates sociales donde la imagen es una inversión de éxito.
Queridos miembros y miembras, también me río del alargador de pene que crece en las madrugadas televisivas, herencia de las torturas de la Inquisición.
Al final, Pachá se ha visto obligada a hacerle un lifting eufemístico al cartel de la fiesta para que la operación se note lo menos posible.
La hipocresía huele entre narices recortadas y afiladas que se justifican de cara a la galería en problemas médicos. Demasiados tabiques torcidos y vegetaciones fingidas por miedo a resultar tan banal o frívolo como el ambiente de una discoteca.

No hay comentarios: