No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

martes, 14 de octubre de 2008

Magnífica

Soy muy fiel a mi columnista de opinión preferido.

Publicado por El Mundo-Baleares, 11-10-2008

El Crack de los 29

MARCOS TORÍO

Mis amigos son como Solbes: no se creen la crisis hasta que no les ha comido el almanaque. Cumplen 30 en 2008, cambian de dígito y, en un intento de madurez, niegan el cisma, el Crack de los 29 que, si bien no acarrea la Gran Depresión, invita al intervencionismo en la memoria. Llamé uno por uno a los que envejecen este mes o el próximo para darles voz hoy aquí. «Tú lo que quieres es que te escribamos lo del sábado y, ya puesto, nos das un repaso. Abortamos tu columna porque nos parece una chorrada lo de cumplir 30. Cuenta lo que quieras que a ti tampoco te falta tanto». No le tengo en cuenta el comentario a mi amiga porque anda estudiando el tarot para adivinar cómo estará de aquí a los 31. Una manera como otra cualquiera de afrontar la crisis. El Crack de los 29 la tiene tensa, aunque lo revista de espiritualidad y se esté haciendo un nombre entre el resto de féminas del grupo como una broker de las indecisiones. Confiar en una baraja de cartas puede ser el primer síntoma de recesión, de la menopausia juvenil. O simplemente, una versión adulta del Vale. Desde aquí, amiga pitonisa, te enciendo la vela del 3 y le pido que puedas pagar el recibo de la contribución. No le dan importancia porque la crisis de los 30 les ha pillado con el mundo en suspensión de pagos. ¿Quién se va a parar a pensar en que está más gordo y cada vez tarda menos en lavarse la cabeza si lo único que tiene a plazo fijo es la versión mensual y casera de Lehman Brothers? Nos clarean las entradas conforme las salidas nocturnas adquieren tintes de excursión. Ya hay niños en las cenas y la fiebre del sábado noche se queda en el mantel con dos copas y la pereza de tomarlas en una barra. Estamos en crisis.Miran para otro lado porque olvidan que los chavales les piden la hora llamándoles señor, que los escaparates pueden dejarles a cuadros con modas que ya hemos vivido y que el hit del momento es una versión de un tema prehistórico parido en los 90. La crisis de los 30 será dogma de fe si escuchas a uno de tus quintos afirmarle a su hermano pequeño: «Esta canción es de mi tiempo». Entonces, sientes un escalofrío al recordar que tu padre dijo lo mismo cuando aquel estío adolescente le hiciste saber que El toro y la luna era la canción del verano. El cambio a la treintena no es más que una manera arbitraria de encerrar en una burbuja psicológica una vida que ya ha estallado silenciosa antes de que se corte la tarta, helada por las responsabilidades. Hay días tan grises como un suplemento económico que la nostalgia tiñe de salmón o sepia. Pero esos días pasan como los años, veloces, de nochevieja en nochevieja, sobre las vías de un Interrail sin descuento, con la lista de la compra en la mano. En cuanto cerramos el álbum de la añoranza, volvemos a ser adultos sin tiempo siquiera para recordar que todas las crisis son cíclicas y se extinguen con un soplido. Tengan los números que tengan.

8 comentarios:

Carmenchu dijo...

Marcos va a más, está claro. Esta columna es sencillamente adorable. ¡No voy a preguntar quién es la del tarot! jajajaja cuando yo misma fui el año pasado a Concha Pino para que me leyera las cartas.
Uffff, verás el 2009 que nos queda a nosotras cuando nos acerquemos peligrosamente a esa terrible barrera psicológica.
Voy a reenviarle la columna a unos cuantos personajes
Ya sabes que te quiero mucho Antonia

Antonia dijo...

También tq. Mucho mucho

Unknown dijo...

Qué grande es este tío. Cada día más certero, cada día escribe mejor. Da envidia...

Antonia dijo...

Sí, Mari. Cada día escribe mejor. Está claro. Por cierto, tengo ganas de verte!!!!

Anónimo dijo...

Un talento así deberían pasarlo a la edición nacional. Apuesto por llenar de peticiones la mesa de Pedro J. O trasladarnos a vivir a las Baleares.

Lazarov me marea dijo...

delicioso. Una pena lo nuestro...

Antonia dijo...

Amiga ya sabes que una vez envié una misiva a Pedro J. y se formó una buena así que apuesto más por la segunda opción. Mira, así tendríamos una vida como Patrizia y Pepe.

Anónimo dijo...

jajajaja. Claro, no sabes tú náaa