
Sin pensárselo dos veces y dejándose llevar por un instinto animal, comenzó a acercarse a Javier. Cogió su polla con las manos y empezó a moverla lentamente, acariciándola... Él ya estaba despierto y se dejó hacer sin dar muestra alguna de su desvelo.
No pudo hacerse el dormido cuando Marta abrió su boca y se metió su verga hasta el fondo. No pudo contener un grito de placer cuando su semen saltó y llenó la cara de Marta. No pudo dejar de acariciarla cuando recobró el sentido. Le gustaba mucho. Ella. También el sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario