No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Navidad

Papá Noel se ahorca

MARCOS TORÍO (El Mundo-El Día de Baleares, sábado 20 de diciembre de 2008)

Crisis. Fum, fum, fum. La cantinela del año se entona con una mano en la pandereta y otra en el bolsillo. La curva del Euríbor cuelga del bigote de los langostinos. La Navidad es un asco. Por lo menos este año. Le quitas despilfarro y no lucen ni las pocas luces. Colgarlas de los balcones parece ahora un símbolo de ostentación, un derroche de kilovatios prescindible. No hay ganas de batirse con el vecino por mostrar la serpiente de colores mejor alimentada del barrio. Crisis. Fum, fum, fum.
Agachas la cabeza en la ventanilla del coche y ves cómo el ciudadano medio que compra la navidad en los chinos ha dejado el Papá Noel de fieltro chungo en el trastero. La plaga de Santa Claus trepadores prácticamente se ha extinguido y me niego a creer que la haya sulfatado la cordura. Con la mirada a las alturas, echo de menos resoplar de hastío como si estuviera frente a una colección de riñoneras, otra moda impensable en época de crisis. No hay ni calderilla que llevarse a la cintura.
¿Dónde están los muñecos rojiblancos? Sus dueños los han abandonado porque no están de humor para sacarlos del armario, el cajón o la bolsa anudada del híper. Los utilizaron como regalo, pero ellos son más que mascotas de un invierno. Snif. Él, tu Papá Noel, nunca lo haría. Antes que apolillarse junto al bote de lejía o el peluche pelotillero se prestaría al reciclaje y, para adaptarse a tu nueva situación, no opondría resistencia si le colgaras la escalerilla del cuello. Tu Papá Noel, bonachón y solidario, se dejaría ahorcar por ti como tú lo has hecho con la hipoteca, la cesta de la compra y los impuestos durante 2008.
Dale una oportunidad. No le quites la magia a la parte más entrañablemente hortera de las fiestas. Él nunca lo haría. No temas por la corrección política. Los dirigentes han abierto la veda. Nada será tan punki como ver a la alcaldesa y los suyos brindar con refrescos y zumos para «no exhibir alcohol». Por unas Felices Fiestas. Si ellos marcan la diferencia negándole publicidad subliminal a Freixenet, tú puedes permitirte ahorcar al viejete barbudo. No le des la espalda cuando llevas años dejando entrar en tu casa a Raphael con El tamborilero agarrado a su garganta. Sin tu colaboración no hay tradición.
Yo prometo perder la tarde montando mi abeto ortopédico y poco funcional que necesita instrucciones y caja de herramientas para estabilizar su base. Lo cambio por tres muebles de Ikea embalados de fábrica. Anímate hombre, ya vendrán tiempos mejores con espumillones de euros para cargar las alforjas de sus Majestades. Ahí seguirá tu Papá Noel fiel para celebrarlo contigo. Mientras tanto recuerda: el roscón de Reyes tiene premio y los langostinos descongelados tampoco están tan malos.

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