No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

domingo, 22 de mayo de 2011

#cambios

14 de marzo de 2004. El PSOE, con un desconocido Zapatero a la cabeza, ganaba las elecciones generales y barría al PP.
22 de mayo de 2011. El PP arrasa en casi todas las comunidades y capitales españolas y le da una patada al PSOE a solo nueve meses de nuevas elecciones generales.

Entre una fecha y otra los años transcurridos son muchos. Siete, sí. Y las diferencias en mi caso son muchas. Entonces yo llevaba ya un año trabajando en un periódico señero de Sevilla que hoy se debate entre el engaño de sus dirigentes y el despido con ERE incluido de sus trabajadores. Empezaba con ilusión a trabajar, conseguía mi primer contrato laboral y creía en la posibilidad de avanzar. Hoy, la situación es otra. Echo de menos una redacción mientras vivo la jornada en casa de mis padres. Sí, con 30 años y en casa paterna porque la situación de parada no me deja volver a la independencia que ya tenía creada. De momento, la posibilidad de encontrar trabajo se reduce a la nada. Sin embargo, mantengo la esperanza de que todo cambie. En 2004 también la tenía -la esperanza digo- y sucedió por un tiempo -el cambio, claro está-. En unos años se creó un clima de esperanza e ilusión social que poco a poco se fue perdiendo gracias a la maldita crisis. Ahora seguimos con la "desaceleración económica" pero no sé si este cambio electoral se traducirá en lo que nos preocupa a todos: el trabajo.

Tal vez con las concentraciones del 15M los políticos se hayan enterado que no todo nos vale, que los españoles también piden que las cosas cambien, que todo no puede seguir así. No nos sirve que las hipotecas nos ciñan la vida. No nos sirve que la gasolina nos arruine el fin de mes. No nos sirve que sean siempre los mismos en el poder. No nos sirve tener un futuro cero. No nos sirve la desilusión. No nos sirve la explotación del ladrillo. No nos sirve la explotación del becario. No nos sirve la ayuda a los banqueros. Nos sirven otras medidas, otras realidades y, por eso, hay que seguir luchando.

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