No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

viernes, 14 de mayo de 2010

Trotacuentas

Publicado por El Mundo-El Día de Baleares (14-05-2010)

Una de Chuck Norris

MARCOS TORÍO

Cuando Zapatero llega tarde, Antich todavía se está poniendo las botas. Ahora que los socialistas son de derechas por imperativo lógico y económico, el patio anda revuelto mirándose el ombligo de los ingresos. Yo he revisado el mío y, como ninguna de las medidas me afecta, admito sin pudor que estoy de acuerdo con muchas de ellas, dadas las circunstancias. Al final somos todo ombligo. Los funcionarios no moverían un dedo pancartero si el recorte afectara a los parados. Si disfrutas –por méritos propios y muchas horas de estudio, todo sea dicho- de tener tu salario protegido por las arcas públicas que pagamos todos, te expones a que el Sistema meta la tijera por las costuras de sus propias telas. Trabajar para el Estado no confiere un estatus de intocable y la indignación debería ser solidaria cuando en los tiempos que corren tener un empleo es el mayor lujo del consumismo democrático. La Administración, mórbidamente obesa en algunas zonas, está obligada a ponerse a dieta. Para mayores pataletas, abandonen su plaza vitalicia y busquen pan en el sector privado, donde dan mendrugos racionados como primas de salario o un buen día llegan y te dicen: “Usted no entra en los planes de futuro de la empresa”.


Si no queremos sufrir la parálisis de una estatua griega y viendo que la economía presenta un estado más ruinoso que el Parthenon, resulta inevitable estrechar el cinto y clavarlo en los agujeros de la especulación. ¿Justicia? Esto es capitalismo, no una de Charles Bronson. Para lo bueno y para lo malo. Para cuando se veraneaba con gambas frescas en el chiringuito y para cuando hay que tirar de nevera playera o abanicarse entre cuatro paredes.
Al tembleque de la zona euro hay que agradecerle la supresión del cheque regalo servido en canastilla. Como los del Carrefour, pero a razón de 2.500 euros por niño alumbrado, que han estado naciendo con técnicas de pelotazo de panificadora. Así, sin mirar rentas ni jaguars en el garaje. El colmo de la política subvencionada: universal y en aras de la natalidad. Ser padre es una decisión personal, totalmente planificable, que nunca debió equipararse a un servicio social. La que ya no esté embarazada, salvo partos prematuros, no llega a los pañales gratis. Atención a la picaresca navideña por parir antes de las uvas. Las agendas de las clínicas privadas se llenarán de cesáreas programadas. La ideología está siempre a la altura de la cartera.

En la saca de los platos rotos han entrado los pensionistas. Congelados estarán los que dependan única y exclusivamente de una exigua retribución después de una vida trabajando. Al menos aquí espero que se revisen los garajes porque los recortes deberían ser extensibles a quienes más tienen con medidas como la recuperación del impuesto de sucesiones o más severidad a la hora de tributar. Pero claro, esto no es una de Chuck Norris.

El Gobierno ha entrado a hachazos en su política social que, como todo, siempre puede mejorarse. Ahí radica el sano ejercicio entre proteger a los más desfavorecidos, algo imprescindible, y derrochar con medidas rentables en la imagen y desastrosas en el inventario de la caja. Con un déficit disparado y la tasa de paro en un veinte por ciento, lo de menos son las reivindicaciones partidistas y pancartistas. Y, como siempre, que cada palo particular aguante su deuda porque el Estado sólo está para reflotar banqueros. Vénguense y no enciendan la tele si en el próximo debate electoral tenemos a Zapatero y a Rajoy lanzándose estadísticas a la cara. Dan ganas de mandarles a Steven Seagal para que los modere como árbitro de púgiles acabados. Que intervenga, si hace falta. Para lo demás, vuelva usted mañana.

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