No busco nada. No busques nada. Todo es producto de nuestra imaginación.

martes, 18 de diciembre de 2012

Privacidad

Leo esta mañana en la prensa online que Facebook va a usar los perfiles de Instagram de sus usuarios menores con fines comerciales. ¿Dónde queda nuestra privacidad? ¿Dónde está el límite del 2.0? Siempre he sido una defensora de este tipo de comunicación pero creo que todo está tomando un tinte muy oscuro. No puede ser que el usuario lo use con un fin personal y la gran máquina azul lo utilice para sacar dinero. Al final, va a resultar que esto es El Show de Truman y nosotros unos simples actores a los que observan.

El show de Truman, dirigida por Peter Weir.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amaral

No sé cómo pude pasar tanto tiempo sin escucharlos. Desde hace casi un año, me acompañan en las mañanas de mi casa, en las tardes de descanso y algunas noches de risas. No sé si fue su directo en el Auditorium de Palma, que estuvo lleno de fuerza y energía, o qué fue... Pero sí, estoy in love con su Montaña Rusa.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Cortocircuito

Su cabeza tenía las mismas luces que las calles. Estaba rellena de bombillas encendidas que disparaban sin parar. Un pensamiento, otro, uno más, otro más. Ninguno conectaba con sus pasos. Su cabeza, por un lado, su cuerpo, por otro. No gastes. Sí, lo hago. Entro, me pruebo, estoy en la caja. Salió corriendo y se perdió por una de esas calles donde no se va a ninguna parte. Sólo a la soledad de las piedras que otros pisaron, a los recovecos de una iglesia que se levanta majestuosa ante la devoción de los feligreses. Caminando y caminando, se encontró con él. ¿Tomamos una cerveza?, dijo. Por supuesto, contesté. No perdía nada. Sólo dos horas de mi tiempo. Mientras la espuma bajaba en el vaso y lo blanco del cigarro se consumía, su boca se detuvo y se acercó a la mía. ¿Pero qué haces?, grité. ¿No lo ves? Comerte los labios. Siguió. Y, entonces, justo en ese momento, mi cabeza tuvo un cortocircuito. Tengo que cambiar un jersey. Me voy.

martes, 27 de noviembre de 2012

Y la vida sigue

Mordía su bocadillo cuando recibió una llamada de su flatmate. "Mi director te quiere conocer. Hay un posible puesto para ti". Comenzaron los nervios, esos que ya había sentido muchas veces atrás ante cualquier entrevista, sin embargo, esta vez no se iba a dejar engañar por la idea de tal vez esta es mi oportunidad. Siguió trabajando. Marcando. Cobrando. Reponiendo. Y llegó el momento. Frente a frente, con un plato de papá aliñás con melva de por medio, él hablaba y ella escuchaba. Su flatmate los miraba atento. Ella sabía que él también estaba ante un reto. Él también quería un SÍ después de esa entrevista. Y lo obtuvo, tanto él como ella. De eso hace ya cuatro meses. Desde entonces, pasa los días agradeciendo su suerte, mirando la habitación de al lado y ese escritorio de la redacción donde pasa sus días quien hizo un todo por ella.

Playa de Ses Covetes, Mallorca.